viernes, 21 de octubre de 2016

EL VISITANTE (2ª parte)



—Estaba a un aullido de lobo de cerrar —dijo Medialengua, con menos firmeza de la deseada— ¿Qué se le ofrece al caballero?
    El hombre se sentó en uno de los taburetes de la barra, y apoyó sus enormes brazos sobre la madera. «Podría aplastarle la cabeza a un niño con una sola de esas manos», pensó el ex capitán.
    —Tengo una cerveza malísima, que le pone a uno el estómago en guardia —continuó—. También alguna clase de licor exótico. No me sé los nombres; las etiquetas apenas pueden leerse. Ah, y de comer no me queda nada. La cocina se abre y se cierra a mitad del día. ¿Qué quiere?
    —Una cerveza.
    El pedido se produjo entre los hilos de un susurro.
    —Una cerveza entonces.
    El tabernero se dio la vuelta, y se sintió como quien le da la espalda a un rugido. Se mantuvo irreductible, no obstante. No pocas mareas habían golpeado aquel casco como para torcerse a estas alturas del cuento.
    Le puso la jarra de cerveza delante e hizo como que continuaba trabajando en no sé qué cosa debajo de la barra.
    —No es usted de por aquí, ¿cierto? —se aventuró a preguntar—. Mis ojos son viejos y es probable que hayan sido los años en el mar los que los hayan cubierto con este molesto velo de agua, pero, que me lleven los demonios si esa indumentaria se parece en alguna cosa a la de cualquier paisano. Llámeme curioso... las piedras esas que lleva colgadas al cuello… me apuesto el negocio a que no son piedras del fondo de la bahía.
    —Ugh —musitó el visitante, y el ex capitán se preguntó si aquello habría sido una especie de bronco asentimiento.
    —Una vez me encontré con un vendedor que ofertaba abalorios similares. No iguales, claro. Al lado de esos no serían más que perifollo. —Medialengua se relajó un cuarto y siguió hablando. Se le daba bien tratar con gente difícil—.Y sin embargo recuerdo que aquel hombre habló de lugares de nombres extravagantes como origen de las piedras. Esas, las suyas, deben de pertenecer también a rincones lejanos.
    —Estas no son piedras —fue la respuesta, y se perdió en un largo sorbo de cerveza—. Puedes llamarlas piedras, si quieres, como con tanta ligereza llamas a este líquido cerveza.
    —¿Y qué son, entonces?— preguntó, un tanto agraviado.
    —Lo que son, si tanto te interesa, no tiene un nombre fácil de recordar en tu idioma. Una traducción algo torpe las denominaría «Lágrimas de Ul-Kraken». Sí —asintió, bastante complacido—, es una versión demasiado reduccionista pero creo que servirá. Lágrimas de Ul-Kraken, eso son —Y de nuevo se sumergió en su bebida.
    El ex capitán Medialengua tuvo bastante con aquello. Era tarde, le dolían las articulaciones, y no tenía humor para lecciones. Carraspeó y se movió a lo largo de la barra, cerrando ventanas y tapando botes. «Dejad descansar a este viejo», pensó, sin saber a quién dirigía la plegaria.
    Pero ahora era el visitante el que tenía la lengua inquieta:
    —Verás, le quité las lágrimas a un hombre tan poderoso como poco perspicaz. De esto hace muchos años. Los hombres así suelen arrimarse al fuego en verano. Todos, sin excepción—dijo, y abarcó toda la cámara con su mano—. Éste en particular confió en el miedo que despertaba en los demás, y no me vio venir.
    A Medialengua le repugnó aquella actitud jactanciosa, y no disimuló su mohín.
    —Le gustan las historias, eh —escupió el viejo.
    —Historias —paladeó el otro—. Tengo muchas, pero ninguna vale nada. La de las lágrimas solo es una más, una gota en un vasto océano; tan Insignificante como eso.
    —¿Desea algo más? Voy a cerrar ya.



CONTINUARÁ...


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Ese que veis ilustrando la entrada es él; sí, sí, el mismísimo visitante del relato, reimaginado por el artista Dibujante de mierda (o @nmlss777 en twitter) con motivo del #Inktober 2016. «El visitante», que así se titula el dibujo también, ha formado parte de la popular iniciativa impulsada por Jake Parker en el año 2009, reto que consiste en publicar en blogs o redes sociales un dibujo diferente cada día (a tinta o lápiz, según tengo entendido) durante todo el mes de octubre. Para mi, como entenderéis, es todo un honor que el amigo nmlss se haya tomado la molestia de dar volumen a la historia del ex capitán Medialengua con su representación de la figura del visitante nocturno. Él ya sabe la ilusión que me hace. Se lo recuerdo una vez más, por si acaso.

En su página de facebook tenéis una muestra más gráfica de lo que es el #inktober y, por encima de eso, de la calidad de este dibujante. Robo con su permiso un par o tres más de sus obras para deleitarnos aquí, en 700 palabras. Las tenéis a continuación.

En cuanto al relato en sí, aviso a navegantes: no tengo muy claro, de momento, de cuántas partes consta la historia. Avanza despacio, es cierto, pero avanza. Es lo que tiene lanzarse a la aventura sin mapa ni brújula. Mi deseo es que no sean muchas (no me atrevo a vaticinar nada; no quiero acabar siendo esclavo de mis palabras). La parte que nos ocupa hoy es muy corta, lo reconozco, y su publicación obedece más a la necesidad de enseñar pecho con el fan art de nmlss que por cualquier otra cosa. Tal cual suena. Intentaremos que la tercera se prodigue un pelín más. O no.

¡Nos leemos!

Día 20. La anguila de la bahía del capitán. Super Mario 64 (#Inktober 2016)

Día 18. Delirio (#Inktober 2016)

Día 2. Nameless King, de Dark Souls 3 (#Inktober 2016)

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